Donnerstag, Mai 04, 2006

Me voy a atrever a postear la otra parte, porque un día lo voy a hacer teatro

Veo que mueves los labios pero...
Que me trastorna el movimiento, que no encuentro sustantivo que cuide mis sueños, que extraño el cabello que nunca te voy a acariciar pero que una vez me enseñaste, decepcionada de cómo te vi.
Ahora no entiendo.
Que no sé cuántas veces pueden abrir el clóset sin hacerme despertar, que no sé cuántos cuadros soportaría, sosteniendo la posiblidad con mi mano derecha frente a la cara, sin abrir los ojos, que no sé cuántas veces me he tardado lo suficiente como para que externar la razón se vuelva absurdo, que disponible no es mi palabra preferida cuando la precede una historia de "mejores que yo" y "más amenos que yo". Que en mi memoria no hay ficheros y cuando abro el cajón estornudo por una reminiscencia empolvada. Que cuando camino por el pasado el cristal hecho añicos se me clava en las plantas como trozos de conchas de mar que sólo hacen sangrar cuando me las saco pensando en un agua que sabe a nada.
Así nunca nos vamos a encontrar.
Que cuando respiro se me comprime el tórax de tristeza inútil y promiscua, que me duelen los ojos cuando veo cuadrado, que el silencio me escupe conciencia de todas las veces en que esperaban que sonriera y no lo hice, que ya me cansé de que me hagas expresarme por partes, que no sé escribir en el cráneo por apartados, que me hace falta hacerte callar con mujeres, sexo, orgasmos, cualquier cosa que me bloquee el pensamiento. Que tú y yo nos hundimos en las conjugaciones imperfectas y terrenos pantanosos, en tus ojos asquerosamente azules y tus laios carnosos que cuando te escucho sólo imagino que se mueven sin verlos (los dos sabemos que es irónico que no existan).
¿De qué hablas?
De la constelación de tus brazos, del lunar de tu espalda con simetría casi envidiable, de que me pregunto qué tanto puede pensar una mujer en la oscuridad, de la fuga de todas las mañanas, del aleteo de las palomas que me espanta el sueño. Del azúcar que te escurre y que me impide cicatrizar, de todas las cosas que me gustaría no preguntar por tener respuesta, que me gustaría haber escogido un objetivo antes de preguntarme qué es la vida. De que quiero vender metros cúbicos de mi mente antes de morir. De que por más que pienso no se me ocurre qué voy a hacer cundo ya no tenga nada que decirnos, decirles. Ya no quiero hablar de mí.
¿No se te ocurre algo menos humano que decir?


Yo no empecé con una pregunta, más bien con un planteamiento. Creo que por eso no sé terminar tajante.

2 Kommentare:

cxvz hat gesagt…

y la musica se detiene...


...
luego sigue.

G hat gesagt…

Es cierto, me siento terriblemente identificada con tu voz, aunque puedas dibujar mejores formas de la frustracion que no me es ajena.
Gracias por firmar.