Donnerstag, November 24, 2005

Preludio a mí

No es una vez al día ni una vez al mes pero cuando se vuelve una vez al año ya me parece patético. Si no tuviera vida escribiría, si la tuviera también, y cuando escribo ya no sé bajo qué situación estoy. ¿Alguien se ha dado cuenta de que nunca sé? Pero me molesta demasiado la premisa socrática y la guardo adentro de uno de esos libros decimonónicos que nunca abro pero que están en algún lugar de mi escritorio. Cuando me hago de frases que no quiero las escondo adentro de las cajas de medicinas, abajo de las teclas del piano, entre las cerdas del pincel, en la contestadora y a veces también funciona cuando las meto en el cajón del maquillaje... si se hacen viejas ya no sé hacerlas recuerdo y el tiempo las pulveriza, después las guardo en el cofre, con las cenizas de los cigarros que después mezclo con pintura para hacerme cuadros que tengan un pasado menos mío.
A veces tampoco encuentro la forma de extraer pedazos de enunciados y me quedo con puras palabras que se disuelven en alcohol. Creo que ahí caben existir, soledad, inanición, código, pasado, abstracto, insuflar, holismo, mustia, pandemia... y como ven, todas son polares. Yo me disuelvo en agua, y no por ser polar, sino porque me enolizo (¿alguien se da cuenta de que esa palabra no justifica el que me disuelva y que no es lo que quiero decir? supongo que nadie, pero el propósito vendría pareciéndose a la absurdidad, al menos me gustaría polarizar a alguien más). Casi siempre pierdo todo y cuando no quiero hacerlo lo sofoco. Las consecuencias de ser una persona de extremos, o de ser orgánica. Al menos aún me queda ideología, que sirve de nada cuando estoy a punto de ahogarme y cuando contesto el teléfono y no es para mí.
Yo no tengo ratones adentro de las paredes y no sé si no tengo gatos en las esquinas porque no tengo ratones o porque me dan alergia. Mi forma de conocer a las personas es hacer que me confiesen el deseo que pidieron al aventar la moneda a la fuente. Es arriesgado pedirlo, como leer en círculo, salen muchos moretones. Si no le dicen a nadie les cuento que un día pedí que la luz me transparentara el cuerpo, así como en las fotos se alcanza a ver la silueta a través de la ropa, pero cerré los ojos y estaba nublado. Pensé que esta vez me daría libertad pero esa sólo se encuentra haciendo desaparecer al mundo y sólo se siente cuando hay mundo para comparar. Cuando se es algo muy cercano a nada no se tienen ninguna de las dos opciones. Soy un poquito más que nada y bastante menos que todo pero porque no sé dejar de ser yo.
(Aquí va un espacio antes de empezar el párrafo) Si nos untamos bastante resistol tal vez por inercia aumente la probabilidad de que, en caso de existir tal cosa, se pegue un destino. Para no ser consecuente me puse scotch en la boca y cuando ya no quise perder oportunidades me la quité y me quedaron los labios al rojo vivo, yo que nunca me había atrevido a pintármelos así, pero las oportunidades ya se habían ido con el circo.
De escribir no me he cansado pero, como soy muy incongruente, sí de pensar. Las crisis me son más contagiosas que las ilusiones. A veces siento como si siempre faltaran 72 horas para 'lo que sigue'. Y el mar me llena, pero no vivo cerca de él.

(¿Alguien se dio cuenta de que cada una de las oraciones no es consistente con las que la preceden? Porque sí lo son).

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