ana sólo vive historias que tienen fin.

X: ¿Te acuerdas cuando fuimos un árbol?
A: Sí, que crecíamos como las ramas y que las hojas se nos caían en otoño y nos crecían en primavera.
X: Y los pensamientos nos hacían sentir y el viento nos hacía bailar.
A: ¿Y luego?
X: Luego qué.
A: Pues luego qué pasó, por qué dejamos de ser un árbol.
X: Por ti.
A: ¿Por mí? Por ti.
X: ¿Por mí? Por ti.
A: Bueno, por mí. ¿Me perdonas?
X: Sí, pero ahora será muy difícil ser un árbol otra vez.
A: En verdad lo deseo, vamos a intentarlo. Te invito a bailar.
X: Vamos.

(…)

A: ¿Por qué callas?
X: Discúlpame.
A: Pero es que pedir disculpas no soluciona mucho, en verdad quiero estar contigo.
X: Y yo contigo.
A: Pero es que no parece.
X: En ti tampoco.

A: ¿Y el árbol?
X: Parece que lo partió una ideología.
A: Más bien un sentimiento.
X: ¿Qué sientes?
A: No es una caída, pero duele como si lo fuera.
X: ¿Cómo le hago para ayudarte a que no duela?
A: Desaparece el espacio.
X: Eso es muy egoísta.
A: Lo sé. No te quiero exigir nada, mejor que cada quien sea un árbol.