melodías condicionales sin intuir que un día nosotros.
luego sumamos encuentros.
el día en que viste que veía y te inventaste que me gustabas.
y no saber quién fue primero y que no importara quién después.
el día de las hogueras, benedetti y viceversa.
hablar del amor como si existiera.
caminar por detrás, porque todo lo que había que decir pasaba por dentro.
luego sumamos búsquedas.
el día de cuántas estrellas tiene tu cielo.
los días de los desiertos, los secretos, las revelaciones, las renuncias a uno mismo y me sobrevives.
hacerlo todo, por si todo un día se acabara.
luego sumamos sentimiento.
el día de mucha noche y pirámides.
dividir mente y sensación, porque hablar con términos distintos se arregla con “no entiendo”.
y sumamos camino.
un solo camino que se confunde con tregua y con tiempo.
el día de las miradas por debajo de la mesa, y es que io no conocía a alguien que sintiera el mundo como io.
el día de luces y sombras, y empezar a entender que nosotros por delante.
acortar distancias en los abismos y siempre empezar con preguntas, porque las leyes del mundo para el mundo.
el día de nuestra primer despedida: hablamos luego y nos encontramos siempre.
los días de incertidumbre, desmayos y soledad.
el día del kiosco y el reencuentro, con más palabras que experiencias y más caricias que pensamientos.
e inevitablemente sumamos historia.
el día en que io no te quise y en que tú te cansaste, pero en que nos descubrimos juntos gritando al mar.
días de intensidad, 50,000 metros de altura y primeras veces.
crearnos hablando descubriendo y descubrirnos creyendo crear.
el día de “me gusta nuestra poesía”.
nuestra segunda despedida y la gravedad de que siempre sea hoy.
8 mil 800 kilómetros de distancia y tú tan vivo en mi sangre.
días de decisiones en que veíamos el futuro con ligereza adolescente.
y después el reencuentro, en que decidimos que algo tenía que empezar.
demasiado ya. demasiado pronto.
luego sumamos significados.
los días de los ocho años juntos y los segundos insomnes.
los días en que los suspiros se volvieron resuellos.
pero io te veía. pero io te veo.
entender tus necesidades.
re-significar la experiencia.
y mucho hablar.
hablar para decidir juntos.
hablar para salir de los abismos.
hablar para salvarnos sin salvarnos.
el día de nuestra tercer despedida, que caminamos de espaldas al futuro,
y en que “te llevo dentro, y fuera, y a los lados”.
luego sumamos dificultad.
los días de las prisas y los ocasos.
los días del sinsentido.
los días de las circunstancias.
luego sumamos lágrimas.
los días de ver hacia lo que no importa.
los días de no concluir lo mejor para ti.
los días en que te veo serme lo que me pesa que soy.
pero terminamos sumando lo que quedaba.
entonces io me creo (de creer) que tú, io, el mar y la inmensidad,
podemos sobrevivir los laberintos y contracorriente
siempre que volvamos a caminar por el corazón.
y de toda esa suma, en total la vida.
los días en que las noches
los días en que te soy
los días en que te admiro
los días en que me creces
y hoy,
que empieza todo lo que falta por contar.
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