Dienstag, Februar 08, 2005

Una obsesión. Sólo una.

Le dije adiós y me acerqué a besar su mejilla. Después sentí como la textura rasposa de sus labios tibios llegaron a mi beso. Sólo se me ocurrió cerrar los ojos y dejarme llevar. Cuando los abrí me miraba como si no hubiera mañana. Me creaba de la única forma que siempre lo supo hacer: con humildad y con sus dedos jugando a hacer marañas en mi pelo. Volví a cerrar los ojos para no sentir la posibilidad de poder no volver a decir adiós. Cuando terminó la pelea por el último suspiro me preguntó: ¿cómo te sientes? Y sin limitaciones pensé: nunca igual.

1 Kommentar:

Gerson Obrajero hat gesagt…

Orale, creativo y divertido :)

Saludos.