Freitag, März 25, 2005

Sin sexo

Si hasta yo me olvido de mí... no debería esperar que alguien me recordara. Hoy estuve pintando toda la tarde. Lo más sorprendente es que no sabía qué haría, sólo que tenía ganas de pintar y me terminé dibujando el futuro y haciendo cosas que un día pensé en hacer. Las ideas vienen sin pedirlo, se escabullen por el patio trasero y espantan.
Siento como si sólo tuviera el pasado y la ilusión de largarme de monterrey un día y en simultáneo, no extraño nada. Esto es la soledad, no la añoranza de compañía, sino ser sin tener a alguien.

Y parece que pronto me iré... y me gustaría quedarme lejos a vivir con un artista, exprimirlo y salir corriendo, como si hubiera hecho algo prohibido.

Pero nunca esperar: ni al silencio ni al sonido. Y sobre todo, ser repelente a la necesidad.

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