por issa, aunque diga que no, porque notó que no tenía nada que decir.

Las razones correctas, a pesar de mí. Las voces calladas, el insomnio ausente y aún en la calma describir la conciencia, palpar los enunciados como quien se atreve a sentir. O sentir no es de atreverse sino de tocar madera por no saber decir adiós. Y los putos puntos suspensivos y la puta búsqueda. No estoy loca, estoy ida. Perdida pero lúcida. Decir "aquí" es suficiente. Ya ni siquiera "aquí sin nadie" porque en un espejo la mitad de mí es dos veces yo. Y cuando cierro los ojos se multiplican los sentidos, escribo a ritmo y se me trepan las historias. Aunque nos hayan enseñado a conjugar primero al yo lo que susurra es ello y no dice cuando usar "despierto". Las razones correctas son solubles, a pesar de mí, en mí.